Karla Lara 30/5/2015
Cantora feminista y miembra de la Red
Nacional de Defensoras en Honduras
Subimos al Roblón para celebrar con
el pueblo Lenca el premio Goldman que les fue otorgado en el nombre de
Berta Cáceres por el ejemplo exitoso de lucha del pueblo Lenca porque no
se represe las aguas del Río Gualcarque en el perverso binomio de Desa
Sinohydro.
Cantar me ha regalado muchos escenarios, abrazos y
satisfacciones, ahora, cantar y llevar el esfuerzo organizado en un
nombre y una razón política específica, la Red Nacional de Defensoras de
Derechos Humanos en Honduras, de la que soy parte, me ha regalado otro
montón de espacios, abrazos en un acto que corresponde en la misma
medida la admiración recibida y las satisfacciones sentidas.
A la llegada nos ofrecen fresco de
tamarindo o café, nos ofrecen sonrisas, nos ofrecen un tronco para
sentarse o un pucho de hojas secas con las que se hace un colchoncito,
nos ofrecen muchos buenos días, y nos vuelven a ofrecer la fotografía a
colores de niñas y niños que corren rodeando la champita que protege el
fogón donde se terminan de cocer los frijoles y el arroz que serán el
almuerzo que compartirán con su visita, y el sentido del tiempo y el
compartir que niega la prisa del pueblón que se asume “ciudad” de donde
venimos nos va envolviendo. Todo vuelve a una paciencia que deja un
tiempo en el que puedo reconocer los ruidos de los silencios porque
ambos suenan, el tiempo en el Roblón y la gente Lenca es otro tiempo, es
apacible y amoroso, es constante como la toma y tiene la persistencia
sigilosa de quienes han sabido cuidar lo que les pertenece porque tener
no es sinónimo de voracidad y el infinito no se aplica al bien común
sino a la infinita sabiduría para no ser esclavos de una velocidad
sinsentido del aparentar por otro de sobrevivir autónomamente y del
cuidar para cuidar estratégicamente el buen vivir con el que tienen un
empeño.
Vuelve Berta Cáceres del Río Gualcarque que está camino
abajo del Roblón donde se mantiene la toma de carretera y regresaban de
que una empresa corporativa de la noticia muy grande documente los
rostros y voluntades de quienes hicieron posible galardonarla como
Coordinadora de la organización política indígena que se vincula y
enarbola el grito libertario de los pueblos indígenas. Con Berta llegan
del COPINH otras grandes luchadoras, María Santos, Rosalina y Adelaida
para juntarse con la compañera Pascualita del Consejo de Ancianos y
Chico, Coordinador del COPINH en Río Blanco, y con su llegada se
comparte el almuerzo y se da inicio al acto de “la verdadera
celebración” del Premio Goldman. Entre palabras, que siempre se reparten
con equidad y sabiduría, todas y todos lo hicieron desde la alegría,
celebrándose, abrazando a Berta en el reconocimiento del liderazgo que
tiene en la horizontalidad en la que sus mismas palabras devolvían la
honra.
El abrazo colectivo mientras entre todas levantaban la
estatuilla redonda del Goldman, era el símbolo de que fue el pueblo
Lenca el homenajeado y que esa que fue la verdadera celebración del
Premio Goldman.
Volvimos en una sola apiñazón en la paila del
carro, subimos en dos partes y bajamos en un soloviaje, entre risas y
bromas seguimos celebrando, yo miraba a María Santos agachada e incómoda
rebotando en el carro y pensaba.... esta fue una de las mujeres que
logró sacar a Sinohydro del Gualcarque, cuanto puede alzarse un cuerpo
pequeño con un alma tan grande, como el alma de ella y de Berta, de
Rosalina, de todas ellas y ellos.
¡Qué hermosos escenarios tengo, yo que apenas puedo cantar y contar de tanta honra!